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EL JAGÜEL

Pozo cavao en redondo
hasta encontrar la vertiente.
Espejo de luz fulgente
que refleja desde el fondo.
Hueco de líquido, hondo.
Cofre de fresca bebida,
que generoso convida
al que se acerca sediento.
Generador de sustento
que garantiza la vida.
Dos postes en vertical
Y un travesaño amarrao,
en conjunción han formao
la figura del brocal.
El balde vuelca el caudal
del agua mansa que mana,
y como cada mañana
en un petizo siyón,
viene y vuelve un mocetón
mientras canta la roldana.
En el palo del crucero
que sujetan los horcones,
suele fijar a ocasiones
su firme nido el hornero.
Manantial que’l bebedero
reparte durante el día.
En los tiempos de sequía
Se agiganta su valor,
Y es bálsamo pa’l calor
sobre la pampa bravía.
En esas tardes de fuego
anda un coro de balidos,
de relinchos y mugidos
como buscando sosiego.
Bebe en su fuente el labriego
pa’ calmar sedes plurales.
Jagüel que los vendavales
dejaron en él su meya.
Hoy está junto a la güeya
acariciao por cardales.
Juan Carlos Pirali
Primer premio en Coronel Dorrego 2013
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Mi
poncho
De un nostálgico pasao
acoyarao al presente
como reliquia viviente
conservo un poncho rayao.
En la urdimbre y el tramao
ronda aborigen esencia,
y su íntima presencia
con fidelidad de amigo,
ha sido cálido abrigo
pa’ cobijar mi existencia.
Al final de un largo arreo
al pago chivilcoyano,
se lo compré a un artesano
descendiente ‘e Coliqueo;
el tiempo en su traqueteo
en el cuerpo le abrió heridas,
prolijamente zurcidas
por las manos de mi prienda,
viejo poncho y gaucha ofrenda
de rayas descoloridas.
Al contemplarlo recuerdo
la niñez de mis gurises,
hoy que mis cabeyos grises
me marcan el tiempo lerdo:
lo yevo en el hombro izquierdo
pa’ lucir sus condiciones,
y un relieve de festones
que imita flores de cardo,
resalta en su fondo pardo
listas bayas y marrones.
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En el arrorró temprano
fue caricia arruyadora,
y fue musa inspiradora
en mis sueños de paisano;
fue como escudo en mi mano
en una acción no buscada,
fue bandera improvisada
pa’ largar una cuadrera,
y hoy es reliquia campera
de una época pasada.
Mi poncho fue tibio manto
cuando en el recao tendido,
campeaba un sueño perdido
mojao por nocturno yanto;
su boca se abrió en un canto
de paz, de amor, de armonía,
y hoy su grata compañía
de mi vida en el repecho,
tiene ganao por derecho
el honor de una poesía.
Juan Carlos Pirali
1er. Premio en Cañuelas
Bs. As. Argentina agosto 2011
7º Certamen de poesía gauchesca organizado
por el programa radial "Fogoneando" que se
emite por AM1560 Radio Antena, dicho encuentro
esta auspiciado por la Asociación Argentina de
Escritores Tradicionalistas |
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DON NICANDRO
Era don Nicandro un crioyo
de esos que no dejan dudas,
y pa’ gauchadas y ayudas
tiraba con todo el royo;
cuando tuvo algún escoyo
supo encontrarle salida,
en el vaivén de la vida
fue marcando su destino,
y por honesto camino
anduvo hasta su partida.
Solía montar un overo
pa’ lucir sus pilchas crioyas,
bien cuidadas como joyas
con prolijidá y esmero;
usaba un negro sombrero
por costumbre, requintao,
y en la cintura cruzao
un puñal de fina plata,
recuerdo que’l viejo tata
se lo había regalao.
Con las más crudas heladas
sobresalió en los deschales,
y aguantó los temporales
en sus largas reseriadas;
marcó melgas en aradas,
sembró fértiles semillas,
pala, postes y varillas
en tiempos de alambrador,
y como buen domador
entabló varias tropillas. |
En las tareas camperas
era un paisano de ley,
y en viejas palas de buey
supo empuñar las manceras;
su afición por las cuadreras
le dio penas y alegrías,
recuerdos de aquellos días
de feriados y domingos,
entre ginebras y pingos
en yerras y en pulperías.
Si un cuero bueno agenciaba
de algún vacuno “careta”,
lo cortaba, y a mazeta
cual badana lo dejaba;
con paciencia trabajaba
en costuras y botones,
hacía riendas, cinchones,
encimeras y bozales,
lazos de cuatro y torzales
pa’ aguantar fuertes tirones.
Vivió siempre humildemente
y era su mayor riqueza,
la honradez, y la franqueza
en el trato con la gente;
no tuvo deuda pendiente
cuando el último latido,
se fue como había venido
y dejó tras su existencia,
a sus hijos como herencia
el honor de un apellido.
Juan Carlos Pirali
2008 |
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EL BAQUEANO DE LA PATRIA
El recuerdo reverencia
a los que en dura batalla,
al fragor de la metralla
forjaron la independencia;
el baqueano fue la esencia
que nutrió cada victoria,
se emparentó con la gloria
en patrióticos combates,
y escribió en esos embates
una página de historia.
Señuelo del caudillaje
en aventuras remotas,
cuando marcó las derrotas
en inhóspito paisaje;
fue anónimo personaje
en las bélicas campañas,
un puntal en las hazañas
de lanzas y boleadoras,
y en “lides” libertadoras
de llanuras y montañas.
De mirada penetrante,
templado y adusto gesto,
con sutileza en su puesto
cumplió un papel de gigante;
fue el soldado trashumante
que gestó una etapa bella,
y se agigantó la estrella
de San Martín y Belgrano,
con la guía de su mano
orientadora en la huella.
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Gaucho serio y cauteloso
dueño de sutil argucia,
rumbeador con fina astucia
en terreno cenagoso;
pertinaz, firme, ingenioso,
para hallar el rumbo cierto,
en bosques o campo abierto
dominaba cada atajo,
y conocía a destajo
los misterios del desierto.
Cruzó en las noches oscuras
con privilegiado tacto,
y en férreo y valiente acto
desbarató las conjuras;
fundado en razones puras
fue símbolo de hidalguía,
su arcaica sabiduría
se fue rindiendo al progreso,
pero ganó con exceso
el honor de una poesía.
Juan Carlos Pirali
02-03-2009
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MI LAZO
1
El
recuerdo “desenroya”
historia de un viejo lazo,
que
fue bandera en mi brazo
en
ardua tarea “crioya”.
“Presiya”,
yapa y “argoya”,
cuero
crudo bien “sobao”
el
tiempo dejó “grabao”
“meyas” de rudos eventos;
fuerte
cuerda de seis tientos
con un
prolijo “trenzao”.
2
Prenda
de usanza campera,
herramienta de trabajo,
fiel
servidor a destajo
“hermanao” a la asidera.
En la
cancha de carrera
fue
sentencia de llegada,
tensión en cada “pialada”
potenciada en los revuelos,
al
encerrar dos brazuelos
en el
hueco de su armada.
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3
En
cada brazada quieta
el
tiempo desvira sueños,
de
futuros halagüeños
y el
vacío de esa meta:
“pial
de volcao”, de paleta,
de
revés, por sobre el anca,
corto
tiro de payanca
invitando a echar verija,
“P’a”
que aprisione de fija
las
manos de una potranca.
4
El más
indómito toro
no
pudo con sus tirones,
cuando
firme en los garrones
un
palenque fue mi moro.
Lazo
que tanto valoro
por
aguantar la exigencia,
hoy lo
guardo en mi querencia
cual
reliquia pa’ la suerte,
hasta
que corte la muerte
los
tientos de mi existencia.
Juan Carlos Pirali
1º premio
Certamen Nacional de
poesías gauchescas 2008
Centro de residentes de
Bragado en Mar del Plata
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POTRO Y DOMADOR
Nativo trazo de fondo
cielo azul y pampa abierta;
un lazo zumba en el aire
y una libertad se quiebra,
potro y domador presagian
una áspera contienda.
Estalla el monte con claves
de música barullenta,
rondan ladridos que incitan
el brusco ardor de la brega;
instinto de rebeldía
ante racional faena.
Bocado que frena impulsos
en la tensión de las riendas,
la cincha afirma el recado
y en esa ausencia de tregua,
hay dos músculos que estriban
sobre corcovos y quejas.
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Amalgama de energía
desde el anca a la crinera
paciencia o rigor de mando,
resoplos, suelo que tiembla,
y en el rigor de la lucha
gime el fin de la rudeza.
En victoriosa proclama
con ribetes de epopeya,
un grito corta el espacio
y un rebenque en mano enhiesta,
marca el triunfo racional
sobre el furor de la bestia.
Después, se hermanan los rumbos
en tiempos de paz y en guerra,
los dos construyen la patria;
espada, transporte, melga,
y un lauro premia esa gloria
en los versos de un poema.
Juan Carlos Pirali
Primer Premio “Solar Nativo” en Ayacucho- Noviembre 2007
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EL PALOMO
Evocan pluma y cinceles
“pingos” de ganada fama,
y hay un recuerdo que exclama
¡Loor para los corceles!...
Los que en bélicos tropeles
dieron muestra de valor,
conquistaron el honor
de la evocación más grata,
y hoy la poesía rescata
un caballo servidor.
Nació zaino doradillo
de una yegua rabicana,
y cambió en forma temprana
hasta ponerse tordillo;
cuando le creció el colmillo
se fue blanqueando el pelaje,
tiró de cualquier carruaje,
fue guía en surcos abiertos,
y cruzó campos desiertos
en la llanura salvaje.
Por ser medio cabezón,
lunanco y “asillonado”,
nadie le ponía el recado
a ese pobre mancarrón;
lo domó un tal Esquenón
y salió de buena rienda,
pero en arreos de hacienda
sólo hacía de carguero,
y guapeó de “pertiguero”
a paso lento en la senda.
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No tuvo la excelsa gloria
que tuvieron otros grandes,
vencedores de los Andes
junto al clarín de victoria;
él hizo girar la noria
siempre con ánimo fiel,
no pidió ni dio cuartel
en bajada o en repecho,
por eso ganó el derecho
a un poema y un laurel.
Viejo pingo que en la estancia
fue como peón de relevo,
desde potrillo a longevo
demostró fuerza y constancia;
no conoció tolerancia
en la labor servicial,
y completó el rol social
casi vencido y enclenque,
hermanándose al palenque
de una escuelita rural.
En el campo del trabajo
hay hombres como el “palomo”
cumplidores con aplomo
en su misión a destajo;
siempre usados de retajo
sin amparo ni justicia,
y en un hueco de caricia,
por diferentes caminos,
ambos unen sus destinos
al yugo de la injusticia.
Juan Carlos Pirali
06-11-2006
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| Tradición
Sentimiento hecho pasión
donde la patria se asienta,
origen de una cultura
que'n ancas del tiempo yega,
y es histórico pasao
con telúricas leyendas.
Es revoleo de lazo
esperando campo afuera,
pa'encerrar en una armada
los brazuelos d' una yegua;
olor a cuero quemao
pa'la época de yerras.
Domingo de pulpería,
juego de truco, ginebra,
encuentro de payadores
con sus musas de poetas;
rudo retumbar de cascos
en emotivas cuadreras.
Es el rastro que dejó
la legendaria carreta,
que'n su tránsito al presente
condujo el progreso a cuestas,
pa'formar la patria grande
en histórica epopeya.
Es carrera de sortijas
en una fiesta campera,
contrapunto de malambo,
bailar el gato, la hueya,
es chiripá y bota 'e potro
y el tintín de las espuelas
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Es
montar un redomón
y reservar campo afuera,
acampar en campo razo
en noche de luna yena;
asao que se dora al fuego
entre lágrimas de peya.
Jinete sobre un bagual
demostrando su destreza,
poncho pampa vertical
con marcadas guardas negras;
rancho que invita a yegar
con una abierta tranquera.
Es gaucho bien empilchao
pa'lucirse en una fiesta
abanico de gaviotas
sobre el tajear de la reja;
es rasguito de guitarra
y una milonga campera.
Es el eco del cencerro
que hace tintinear la yegua,
galope de mate amargo
fraternizando en la yerba;
los versos del Martín Fierro
y la poesía gauchesca.
La tradición no se agota
en este acerbo de temas,
tradición es sentimiento
que muy adentro se lleva,
y es patrimonio sagrao
pa'l que idolatra su tierra.
Juan Carlos Pirali
Primer
Premio en Bagé, Brasil 2005 |
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| Mensajero
gaucho
1
Chasqui que en el viejo imperio
de incaica reminiscencia,
cruzó en gallarda presencia
bebiéndose su misterio.
Cuando el invasor iberio
se apoderó del paisaje,
se rebeló ante el ultraje
al lugar que fue su origen,
y en la América aborigen
dio su alerta en un mensaje.
2
Fue el errante peregrino
solo confiado en sus plantas,
y las leguas fueron tantas
que las dejó en el camino.
Hasta que un relincho vino
a hermanar su derrotero;
y en el rumbo mensajero
apuraron sus talones,
con los musicales sones
del presuroso pampero.
3
Partes de paz y de guerra
unieron lomas y llanos,
palomas que en rudas manos,
atravesaron la sierra.
La inclemencia de la tierra
con su natural azote,
acosó el chasquero trote
pero no dobló el apego,
del vigoroso andariego
mezcla de Fierro y Quijote. |
4
En los distintos confines
el chasqui gritó presente,
ante el llamado estridente
de los bélicos clarines.
Desierto, posta, fortines,
oficio, aviso, despacho,
rostro curtido de macho
que el tiempo tiñó de cobre,
fue de la costa salobre
hasta el andino penacho.
5
Incondicional expreso
en alado rocinante,
su audaz esfuerzo pujante
capituló ante el progreso.
Se fue al trote sin regreso
pero se metió en la historia;
y por su acción meritoria
ganó genuinos laureles:
¡ Hoy aguarda los cinceles
que perpetúen su gloria ¡
Juan Carlos Pirali
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Primer
Premio en Concurso Nacional de Poesía Gauchesca. Cañuelas,
3 septiembre
de 2005
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De
El Tribuno de Dolores, 31-10-2005
En Mar del Plata
NUEVA DISTINCIÓN LITERARIA PARA JUAN C.
PIRALI
En el marco del Concurso Literario "Escritores en la
cumbre" que organizó la Sociedad Argentina de
Escritores (SADE) de Mar del Plata, fue distinguido el autor
dolorense y colaborador de El Tribuno, Juan Carlos Pirali.
En dicho certamen, que otorgaba dos premios y menciones en
el rubro poesía, correspondió el primer premio a José
Luis Frasinetti y el segundo a Miriam Lina Barri, ambos de
General Belgrano. Por su parte, Pirali recibió la segunda
mención por su tema "Canto de cuatro rumbos". El
acto de proclamación y entrega de premios se llevó a cabo
ante una sala colmada de público en el Club Pueyrredón de
la ciudad balnearia el sábado 29 de octubre.
El citado concurso estaba dividido en las categorías
Poesía, Cuento, Relato y Carta a, con un total de casi
trescientos participantes, y todos los trabajos premiados
fueron incluidos en una antología de la que cada autor
galardonado recibió un ejemplar.
CANTO DE CUATRO RUMBOS
Desde el origen ancestral del canto
donde germinan sueños y esperanzas,
surgen poemas de los cuatro rumbos
en el azul y blanco de la patria.
Un acervo de notas que armoniza
el inspirado vate cuando canta,
en el ritmo triunfal de la milonga,
del loncomeo , del chamamé y la zamba.
Una pasión que se ennoblece en versos
cuando el cantor lo expresa en su guitarra,
y en la boca sonora de esa novia
hay arpegios de amor y de nostalgia.
Es el mensaje horizontal del llano
con aromas de ombúes y de talas,
que fraternal abraza australes hielos,
con litorales, selvas y montañas.
Es el canto nacido tierra adentro
con seis voces que hablan de Atahualpa,
y en cada punto cardinal que llega
un sentimiento patriótico proclama.
Juan Carlos Pirali - Dolores |
Romance
de las Pulperías
Rudas paredes de barro
bajo un cielo de espadaña;
mostrador, reja, aguardiente,
galleta, yerba, barajas,
tufo de tabaco usado
y ahogo de pena en caña.
Piso rústico de tierra
candil que consume grasa,
acopio de producciones,
pluma, cerda, cueros, lana,
banco de trueque por “vicios”
con convenios de palabra.
Civilidad que el progreso
clavó en medio de la pampa,
sueños de criollos y gringos,
aventura de horas largas;
convivencia con el miedo
acechante de las lanzas.
Ranchos a cuyos palenques
sujetaron esperanzas,
en una flor, un envido,
en la suerte de una taba,
o en las patas de algún pingo
en improvisada cancha.
Cuando su techumbre
la luna tendió su plata,
y luciérnagas del cielo
extendieron sus guirnaldas,
se hizo música la noche
con el son de las guitarras.
El tiempo arrea recuerdos
Que las memorias alambras,
viejas postas destruidas
donde rondan los fantasmas…
¡ el bronce tiene una deuda
de pedestal y de palmas !
Juan Carlos Pirali - Dolores
Primera mención en certamen
de AIBA de Ayacucho. 25 de noviembre de 2006
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