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A continuación, Alicia. Cerca de la casa del general, puso una churrería
cuando se casó. Por ultimo, estaba Manoli, niña muy pequeña en tamaño,
aunque no en edad, y que decía que era pequeña por ser hija de padres
viejos.
Era compañera en los juegos se las primas de el general, y pasaba mas
tiempo en casa de ellas, que en la suya propia.
Una tarde, amenazando tormenta de verano, los gorriones con su algarabía,
buscaban refugio en un enorme nogal que había cerca de la gran alberca,
que estaba llena para los riegos del día siguiente.
El general, armado de mucha astucia y de su inseparable tirachinas, se
dirigía al nogal cuando…
¡¡ Plimo…, plimo…la Noli sa caído en abelca!!...
La niña con un cubo más grande que ella, había intentado coger agua y el
peso de todo, dio con ella en la alberca.
El general no se lo pensó, no pensó ni que estaba
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tido, ni que no sabía
nadar aun. Con su tirachinas y algún gorrión en sus bolsillos, se lanzo al
agua.
Haciendo fuerza sobre el suelo a modo de saltitos, consiguió acercar a la
niña al borde la alberca. El Juli, la sujeto, mientras el general salía
victorioso de tan peligrosa batalla.
Un enorme pijama del tío Julián, sirvió para tapar sus vergüenzas,
mientras sus ropas, se secaban al calor de una lumbre que se encendió para
este cometido.
Nunca un niño fue mas besado ni sobado por dama alguna.
La afición a los besos del general...¿Vendrán de aquella lluvia que
aguantaron sus mejillas?
Por un tiempo, se jugo mucho entre los niños a salvar a la Manoli; |
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