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Un día de trilla, hacia un Sol de justicia, dirigía la
operación Chatete,
el primo Fernando. Estaba medio dormido con el ramal de la mula en sus
manos, un sombrero de paja, y decía algo entre sueños, así como arre,
mula.
Un
chinatazo en las partes blandas del animal, animo la faena.
La
mula, levanto las orejas, lanzo su quejido…¡¡¡iiiijaaaaaa, iiiijaaaaaa!!!,
Chatete…¡¡ so mula…so mula !!...la mula, no so. ¡Apretó a correr por el
paseo empedrado y dejo el trillo con menos piezas, que la boca de un
octogenario!
¿Fernando…?
¡
Ha sido Emilio, señor Pedro!
¿Emilio ?...no me lo creo. ¡ La madre que lo…! Ese. |
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